06 Nov El obispo de Plasencia pide una reparación «sistémica e integral» a las víctimas de abusos
«No podemos mirar hacia otro lado». Así de rotundo se manifiesta en una carta abierta a los fieles de la diócesis de Plasencia su obispo, Ernesto Brotons, al querer informarles del contenido de la Asamblea Plenaria extraordinaria de los obispos, celebrada el pasado 30 de octubre, íntegramente dedicada a la cuestión de los abusos sexuales en la Iglesia en España y en donde se abordó el informe del Defensor del Pueblo sobre esta cuestión.
«Reconozco que un solo caso es ya motivo de vergüenza y de dolor. No solo defrauda la confianza puesta en nosotros; hiere y genera daños irreparables, escandaliza y nos convierte en un antisigno del Evangelio que estamos llamados a transmitir«, señala el obispo, quien recalca también que «conviene, por otra parte, no olvidar que tras las cifras hay rostros, que no pueden ser instrumentalizados y que requieren de nuestra atención».
En este sentido, no escamotea el obispo, que se estrenó en la sede extremeña hace un año, su deseo de cercanía a quienes han sufrido esos abusos: «Quiero dejar claro que no dejaremos de pedir perdón a las víctimas y a sus familias, a la sociedad y a todo el Pueblo de Dios, ni de trabajar y poner todos los medios necesarios para, en la medida de lo posible, reparar el daño, sanar heridas, y prevenir y combatir cualquier forma de abuso, porque queremos ser parte de la solución y no del problema».
Poner a las víctimas en el centro
Una solución que pasa no solamente por «poner a las víctimas en el centro», sino que, en relación a las recomendaciones que al respecto se hacen en el recientemente presentado informe del Defensor del Pueblo, el llamado ‘informe Gabilondo’, «y por propia convicción, debemos dar un paso adelante en las medidas de una reparación que ha de ser sistémica e integral».
Igualmente, el obispo Brotons agrade «con toda humildad el reconocimiento que el Informe hace del esfuerzo de nuestra diócesis por ser lo más trasparentes posibles, conscientes de que, con ello, no hacemos más que cumplir con nuestro deber y de que es mucho lo que nos queda por hacer«.
No elude tampoco el obispo en su misiva la polémica que ha acompañado a la presentación del informe del Defensor del Pueblo -encomienda que le hizo el Congreso de los Diputados- sobre el número de víctimas que han ofrecido algunos medios, que las cifran en 440.000. «Más allá de las dudosas extrapolaciones que puedan derivarse de la encuesta que complementa la auditoría, las cifras nos interpelan duramente«, señala.