18 Feb Nuestra diócesis se une al dolor por la última víctima en accidente laboral
Nuestra diócesis ha querido unirse al dolor de los familiares, amigos y vecinos de la última víctima en accidente laboral y lo ha hecho a través del propio Obispo, Monseñor don Ernesto Brotóns, y del Secretariado Diocesano de Pastoral del Trabajo.
Con motivo del Encuentro de Catequistas celebrado este sábado, Monseñor Brotóns trasladó a los asistentes el dolor, a la vez que pidió una oración por el joven fallecido.
«Permitidme que comience pidiendo una oración por el joven que falleció, como bien sabéis, antes de ayer, en nuestra diócesis por un accidente laboral ocurrido en Malpartida de Plasencia. Era de Guareña y tenía 23 años de edad. Vamos a ponerlo en el corazón y en las manos de Dios y también a su familia y para ello hacemos unos minutos de silencio y los tenemos presentes».
Además, la Pastoral del Trabajo ha hecho pública una nota que reproducimos a continuación:
¡NO MÁS MUERTES EN EL TRABAJO!
«Toda amenaza a la dignidad y a la vida del hombre repercute en el corazón mismo de la Iglesia, afecta al núcleo de su fe en la encarnación del Hijo de Dios y la compromete en la misión de anunciar el evangelio de la vida» (EV 3).
En la mañana del jueves 16 de Febrero, moría por accidente laboral, electrocutado, en la finca de las Urdimalas, en Malpartida de Plasencia, el joven de 23 años, José Luis Rodríguez Sánchez, hijo de José Luis y de Encarna, vecino de Güareña.
Ante la situación de los accidentes de trabajo, desde el SECRETARIADO DIOCESANO DE PASTORAL DEL TRABAJO, queremos proclamar que la «gloria de Dios es que el hombre viva», y que el trabajo es para la vida. Para Jesús, el Obrero de Nazaret, que la persona viva es lo más importante.
La dignidad del trabajo está en el hecho de que es una persona quien lo realiza y, por lo tanto, el respeto a la dignidad de la persona que trabaja es el primer criterio para organizar el trabajo y toda la vida económica .
Como militantes obreros cristianos manifestamos que «el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social» (san Juan Pablo 11, SRS, 14 y CA 39).
Nos unimos al dolor de sus padres, José Luis y Encarna y de sus hermanas, Lucía y Alba, y, juntos con nuestro Obispo, don Ernesto, elevamos nuestra oración al Padre, porque José Luis entregó su vida «en el campo de honor del trabajo», la primera vocación a la que todos somos llamados. Muy unidos en la fe y en la esperanza en la Resurrección_ Que descanse en Paz.