06 Feb El Consejo de Pastoral ya camina de la mano de su nueva Comisión Permanente
El pasado sábado se celebró la primera reunión del nuevo Consejo Diocesano de Pastoral, nombrado por decreto por don Ernesto Brotóns Tena, el pasado mes de enero después de estar inactivo durante el periodo de Sede Vacante de la Diócesis. En su introducción, Monseñor Brotóns señaló que pedía al Consejo «como antes lo he hecho al Presbiteral», realizar un análisis de la realidad diocesana por tres motivos «lo primero porque soy el último en llegar, lo segundo, porque es necesario para todos, y lo tercero, porque una Pastoral no puede ser ajena al tiempo que vive». Además, insistió en que sea «una Pastoral encarnada».
Tras la lectura del Decreto, a cargo del Vicario General, don Jacinto Núñez Regodón, y la Professio fidei de los consejeros, se celebró la elección del Secretario y de los vocales entre los casi 50 asistentes. Aurora María González Sierra, directora del Secretariado de Pastoral Juvenil, era elegida como secretaria, cargo que había ocupado ya en el anterior consejo.
Salvador Ramajo Ramajo, Jesús Florencio Gómez Medinabeitia, María del Carmen González Fernández y Víctor M. Jiménez Cano, eran elegidos como vocales. Como representante de los arciprestes era elegido José Manuel García Martín, mientras que Sor María Elena Hernández González era elegida también como representante religiosa, y María Teresa González González, por parte del 1 por ciento diocesano. Todos ellos formarán la Comisión Permanente junto al señor Obispo, al Vicario de Pastoral, Francisco Eustaquio Barrado Broncano y a la secretaria electa.
Tras las votaciones se procedió a establecer un pequeño diálogo sobre el análisis de la realidad en el que ya se esbozaron distintas inquietudes para trabajar en el futuro inmediato. Uno de ellos, por supuesto, y tal y como ya había solicitado Monseñor Brotóns, fue el de hacer un análisis de la situación actual, tanto en el plano eclesial, como en el social. Mantener la igualdad entre todas las parroquias, zonas o instrumentos de la diócesis; atender a la realidad rural de la diócesis; prestar especial atención al primer anuncio en los niños; mejorar la formación; crecer en el acompañamiento; o plantearnos qué necesita de verdad nuestra Iglesia. Don Ernesto Brotóns insistió en converger y no divergir y en anteponer a las personas antes que a las ideas.