07 Jun Nuestro obispos reflexionan sobre la Solemnidad del Corpus Christi, Día de la Caridad
El próximo 19 de junio, la Iglesia celebra una de las solemnidades más importantes del calendario litúrgico, el Día del Corpus Christi, Día de la Caridad. La fiesta busca celebrar la Eucaristía rememorando la última cena de Jesús con los Apóstoles el Jueves Santo, en la que convirtió el pan y el vino en su cuerpo y su sangre.
Como es habitual, la Conferencia Episcopal, a través de la Subcomisión para la Acción Caritativa y Social, reflexiona sobre el tema. Este año lo hace bajo el lema De la adoración al compromiso, en busca de que nos centremos en nuestra misión de evangelización cristiana a través de su máxima expresión, la Eucaristía.
Este año, la reflexión de nuestros obispos tiene varias vertientes que pueden encontrar en la web de la Conferencia Episcopal y que le desgranamos a continuación:
- Mirar con ojos pascuales. En una época convulsa y marcada tanto por la pandemia de la Covid-19 como por las guerras, en especial por la de Ucrania, tenemos que vivir un tiempo de esperanza “porque estas realidades, los sufrimientos personales y comunitarios, no nos dejan desamparados, sino que nos adentran en el Corazón de Cristo, crucificado y resucitado, fuente de toda esperanza”. “No podemos celebrar la solemnidad del Corpus Christi, memorial de encuentro y entrega de Cristo, sin vivir y experimentar la profunda e inseparable unidad entre la fe y la vida; la unidad entre la Eucaristía y la caridad”, añade.
- Agradecimiento y compromiso. Ante estas situaciones dolorosas, la respuesta e implicación de la sociedad en su conjunto “está siendo encomiable como lo es por parte de la Iglesia y de Cáritas. Esta solidaridad “no puede ser flor de un día. Se necesita un compromiso solidario estable”.
- Caridad. La acción de Cáritas marca también el gozo de la solidaridad y el agradecimiento. Este año se celebra, además, el 75 aniversario de la institución, cuya hisoria se ha escrito a través del amor y el servicio y, por desgracia, su acción se hace cada vez más necesaria.
- Fraternidad abierta y universal. Cuando vivimos esta experiencia, el ejercicio de la fraternidad no es un deber categórico, sino un impulso del corazón que nos encamina hacia los hermanos y nos empuja a la fraternidad. Todos estamos invitados a caminar juntos viviendo la sinodalidad. El camino sinodal es una invitación a reconocer la fuerza salvífica de sus vidas y a ponerlos en el centro del camino de la Iglesia. Ellos son compañeros de camino.
- Paz y presencia. En el camino de la vida no estamos solos, Cristo camina con nosotros. La solemnidad del Corpus Christi hace que nuestra vida cristiana junto a la adoración nos lleve de la mano al compromiso para transformar con Cristo la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celeste (cf. NMI 29). La presencia de Cristo nos dona la paz que necesitamos y que necesita el mundo; una paz que nos lleva a estar presentes junto al Cuerpo de Cristo en los necesitados.
En la ciudad de Plasencia, el Obispo Administrador Apostólico, Monseñor Ciriaco Benavente, celebra este domingo la Eucaristía, a las 11 horas, en la Iglesia de San Vicente Ferrer (Santo Domingo), debido a que la Catedral se encuentra ocupada por la Exposición Transitus y San Nicolás tiene un espacio más reducido.
Tras la Santa Misa (12 horas), y después de dos años marcados por la pandemia, dará inicio la procesión con el recorrido que transitará por Plaza de San Vicente Ferrer, Rúa Zapatería, Plaza Mayor, Rincón de San Esteban, calle Santa Clara, Plaza de la Catedral, calle Blanca y Plaza de San Nicolás, donde se dará la bendición y se hará la reserva.
Te adoramos, oh verdadero Cuerpo nacido de la Virgen María. Amén.