Seminario

Desde los primeros momentos de su historia, la Iglesia ha manifestado preocupación, interés y cuidado por la formación de los futuros sacerdotes. Muchas fueron desde entonces hasta hoy, las realidades educativas: las escuelas de los Concilios de Nicea y Toledo (segundo y Cuarto), las escuelas catedralicias y monacales, las universidades, los “internados avilistas” y otras iniciativas, que más tarde el Concilio de Trento daría forma a estas iniciativas e inquietudes formativas estableciendo la creación de seminarios en todas las Diócesis mediante el decreto Pro Seminariis clericorum en la sesión 23 del 15 de Junio del año 1563

 

A raíz de este Decreto conciliar tridentino comenzaron a levantarse los Seminarios Conciliares, aunque no en todas partes por igual debido a varios factores, entre otros, al económico y que el alto clero se educaba en excelentes Universidades y Colegios ya desde muchos años atrás.

 

En nuestra Diócesis, por varias razones, tardó en ponerse en práctica lo decretado en el Concilio de Trento. El primer antecedente es el Colegio del Río o Colegio de San Fabián, fundado por el canónigo D. Fabián de Monroy en el año 1578, quince años después de la culminación del Concilio de Trento. El comienzo de este Colegio, el Colegio de los dominicos fundado en el siglo XV y el de los jesuitas, hacía tal vez menos urgente la puesta en marcha de un Seminario específico tal y como mandó el Concilio tridentino. Al final de la primera mitad del siglo XVII, como consta en Acta Capitular del día 8 de Junio de 1645 se dan los primeros pasos para convertir el Colegio de San Fabián en Seminario.

 

Tres años después, en 1648 el canónigo Fernando González Vázquez, dona, en dos veces, 6.000 ducados y 16.500 reales a favor del futuro Seminario. Dos años más tarde en vida del Obispo Fray Francisco Guerra, el Cabildo manda llamar a un Padre Trinitario Descalzo, residente en el convento de Hervás para que examine los planos de la construcción del Seminario. El Obispo D. Luís Crispí de Borja será el que edifique el Seminario en el año 1.661 con capacidad limitada, que más tarde sería derruido por ser insuficiente, construyéndose otro edificio “más capaz”. Para esta nueva construcción, el Obispo hace al Cabildo la siguiente propuesta: intentar hacer un trueque con las monjas de la Encarnación. Evidentemente esta pretensión del Obispo no prosperó como se confirma a lo largo de la historia.

 

En tiempos del Obispo D. Diego Sarmiento de Valladares se pone en marcha el Seminario, cuya fecha de inicio es la del 19 de Julio 1670 como consta en el Archivo del Seminario, Durante la segunda mitad del siglo XIX el obispo Gregorio María López y Zaragoza (†1869) inició unas obras que dieron lugar al actual edificio, probablemente bajo la dirección de Balbino Marrón y Ranero. Y el último gran impulso del Seminario proviene del pontificado de Pedro Casas y Souto (†1906) que inauguró el actual edificio en 1879, que más tarde servirá de Cuartel de Milicias, Escuelas de Instrucción Primaria, Superior y Elemental y Hospital de Campaña. Mientras tanto los seminaristas pasaron al edificio de los Padres dominicos y al edificio del Seminario Menor. En la actualidad el edificio está, de nuevo, en Obras para seguir cumpliendo con su misión: la formación de los futuros sacerdotes. Este breve recorrido por su historia desde su fundación hasta hoy, nos ayudará a amarle más como institución viva de la Diócesis.

 

Dada la escasez del número de vocaciones al sacerdocio, para asegurar una formación más integral, a partir del curso 2017/18 los seminaristas de Plasencia han sido trasladados a Salamanca, donde residen en el Seminario de Ávila, cuyo rector es Don Garpar Hernández Peludo, junto a seminaristas de otras seis diócesis, y siguen su formación académica en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia. El responsable de su atención, por parte de la diócesis, como Rector, es Don Fernando Valverde Berrocoso.