19 Abr Placentinos por merecimiento
Es el reconocimiento que se reserva para quienes, sin haber nacido en Plasencia, desarrollan una tarea destacada a favor de la ciudad. Y no son tantos como podría esperarse. El que fuera obispo de la Diócesis entre 2003 y 2016, Amadeo Rodríguez Magro, se ha convertido en el decimoctavo hijo adoptivo de Plasencia, título que le será entregado este sábado en un acto oficial que tendrá lugar en el centro cultural Las Claras.
En realidad decir que los hijos adoptivos de Plasencia son 18 resulta un tanto aventurado, en primer lugar porque entre ellos hay todo un colectivo -el de los Hijos de Granadilla-, un matrimonio y un cargo militar sin nombre propio. Además, algunos de los que figuran en esa lista fueron propuestos y se abrieron los preceptivos expedientes, pero en al menos dos casos no existe la certeza de que el nombramiento llegara a hacerse oficial.
El primer hijo adoptivo del que se tiene constancia documental, según señala la archivera y cronista oficial de Plasencia, Esther Sánchez, es José Benavides Checa, chantre de la catedral y autor del renombrado estudio ‘El fuero de Plasencia’, quien recibió el título de hijo adoptivo en el año 1897. Cronológicamente aparece después, en 1912, Rafael Esbry Sánchez, que fue diputado en Cortes y director de varias publicaciones militares, y a quien Plasencia otorgó el reconocimiento por haber acelerado los trámites para crear la red de abastecimiento de agua.
A partir de ahí se debe avanzar más de medio siglo, hasta 1967, para encontrar al siguiente hijo adoptivo del que hay rastro documental conocido, el entonces ministro de Obras Públicas Federico Silva.
Fue en los años setenta, durante el mandato del alcalde Juan Francisco Serrano Pino, cuando el número de hijos adoptivos se disparó. En esa época fueron nombrados, o al menos se llevaron a cabo los trámites para hacerlo, el comandante del Regimiento Órdenes Militares 37 (1970), el gobernador civil de Cáceres Federico Trillo Figueroa (1971), Manuel Falcó e Hilda Fernández, marqueses de Mirabel (1972), el consejero nacional por Cáceres Fernando Hernández Gil (1973) y el alto cargo del Ministerio de Hacienda José Barea Teijeiro (1975).
Ya con José Luis Mariño en la alcaldía, en 1985 se nombró hijo adoptivo al reputado intelectual Pedro de Lorenzo. Después no hubo más hasta el mandato de José Luis Díaz, que reconoció al doctor Marceliano Sayans (1995), al sacerdote Ceferino García Vidal (1998) y al profesor y escritor Antonio Martín Majadas (2002). Elia María Blanco nombró a los Hijos de Granadilla (2005), al anterior alcalde socialista, Cándido Cabrera (2010), y también ese año a la primera y hasta ahora única mujer que ha recibido el reconocimiento en solitario: la directora del centro asociado de la UNED en Plasencia, Consuelo Boticario.
Fernando Pizarro ha nombrado en sus casi seis años como alcalde a dos hijos adoptivos: el que fuera presidente de Caja Extremadura, Jesús Medina Ocaña, en 2013, y en 2016 al obispo Amadeo Rodríguez Magro, que recibe el título este sábado.
Desde que entró en vigor durante el mandato de José Luis Díaz el actual Reglamento de Distinciones, los hijos adoptivos tienen derecho a que se les dedique una calle o plaza de Plasencia. Todos ellos tienen ya una asignada excepto Jesús Medina, incluyendo a Amadeo Rodríguez, que da nombre al nuevo espacio urbano creado junto a la Puerta del Sol tras el derribo del antiguo parking de pago.
La ceremonia de nombramiento de Amadeo Rodríguez, ahora obispo de Jaén, será en el claustro de Las Claras el sábado a las 12.00 horas y asistirán representantes de todos los ámbitos sociales de la ciudad.