22 Dic ¡FELIZ Y SANTA NAVIDAD!
Mis queridos diocesanos placentinos: el mismo día de Nochebuena se cumplirán seis meses de mi estancia entre vosotros como Obispo de la Diócesis. Lo primero que deseo expresar es mi gratitud por vuestra acogida; me he sentido acogido con gran afecto por todos. Muchos de vosotros me lo habéis expresado explícitamente. Yo he intentado e intento corresponder en la misma forma y con la misma medida.
Voy a pasar mi primera Navidad entre vosotros. Este Adviento está siendo muy especial para mí. También yo deseo predisponerme para la venida del Señor para ser colmado de su gracia cuando venga. El Salvador que esperamos es capaz de transformar nuestra vida con la fuerza de su amor. De hecho ya la ha transformado. Ya no entiendo ni un instante de mi vida si no es para el Señor y para vuestro servicio. Desde el primer instante del día estáis presentes conmigo ante el Señor.
Como os decía en mi felicitación, en Navidad, vivida conscientemente, podemos experimentar el amor de Dios, que con ternura se inclina sobre nuestro límite y sobre nuestro pecado. Porque quiere encontrarse con nosotros. Esto es muy importante porque su persona es la verdadera Luz que ilumina todas las oscuridades que envuelven nuestra vida.
Os deseo a cada uno y a todas las familias que celebréis una Navidad verdaderamente cristiana, con la alegría que da la certeza de Saber que Dios no quiere dejarnos solos y desea recorrer con nosotros el camino de la vida.
Felicito la Navidad de un modo especial a todos los que tienen algún motivo importante para no disfrutar de esta alegría: enfermos y ancianos solos, familias rotas, personas sin trabajo… a cuantos sufren de cualquier modo y por cualquier causa. Recordad que Dios os quiere y va con vosotros. El Señor viene para abrazar vuestro dolor y vuestra dificultad.
¡Feliz y Santa Navidad a todos! Con la bendición de vuestro obispo.