08 Ago Nuestra diócesis en el encuentro de laicos de acción católica
Monseñor Retana junto al resto de obispos participantes.
Ávila acogió del 1 al 4 de agosto un encuentro de laicos organizado por Acción Católica Nacional. Unas 700 personas de 46 diócesis españolas se dieron cita.
Este encuentro contó con el apoyo de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y la presencia de varios obispos, entre ellos, D. Javier Salinas, obispo responsable del Departamento de Apostolado Seglar, D. Antonio Gómez Cantero, obispo de Teruel y Albarracín, y obispo Consiliario de la Acción Católica, D. Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid y Secretario General de la CEE, D. Sergi Gordo, obispo auxiliar de Barcelona, D. José María Gil Tamayo Obispo de Ávila. Nuestro obisp0o D. José Luis Retana, acompañó al pequeño grupo de 4 laicas que participó en este encuentro, junto con su consiliario Jesús Fernández, quien también se sumó en una de las jornadas. Por otro lado, también participaron más de una treintena de sacerdotes y consiliarios de la Acción Católica y algunos diáconos. Los religiosos se hicieron presente a través de la oración desde conventos y monasterios y con la presencia y visita a algunos conventos por parte del sector de infancia y el de jóvenes.
“Haciendo realidad el sueño de Dios”, fue el lema del encuentro, el anuncio esperanzado de que la Acción Católica General es una realidad activa, apostólica, que está trabajando en el “aquí y ahora” de su historia por hacer presente el Reino de Dios. Porque el “sueño de Dios” es hacer un mundo de hijos y hermanos.
Se desarrollaron dos ponencias, la central el viernes 2 con la presencia de Teresa Compte Grau, teóloga y directora del Máster de Doctrina Social de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), donde se recibió una invitación a la formación de una conciencia social dentro de nuestra iglesia, a través de la Doctrina Social de la Iglesia, y a dar respuestas de esperanza y acogida ante las contradicciones de nuestro mundo, entre otras llamadas; y la ponencia final el domingo 4, como broche, a cargo de Linda Ghisoni, Subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, que recordó que “somos enviados a dar testimonio con nuestra vida del Evangelio, encarnados en la realidad, siendo laicos protagonistas a quienes mueve la pasión por el Reino, en corresponsabilidad”.
El tema de la presencia pública se abordó a través de 4 caminos: Familia, Cultura, Trabajo (estudios en el caso de los más jóvenes y los niños) y Socio-político, además de otro de Presencia Pública de la asociación. En cada uno de ellos se contó con una comunicación para situar el tema, y con varios testimonios y proyectos relacionados con cada ámbito, ejemplos de personas que viven y desarrollan compromisos transformadores de la realidad. El día siguiente se completó con un trabajo de grupos, donde se aterrizaron líneas de actuación concretas, “a las que el Señor nos llama para estar más presentes en nuestra sociedad y ser testigos del amor y la misericordia de Dios. Estas líneas se compartieron en la puesta en común final, en ladrillos que formaron un muro de propósitos y metas, caminos de crecimiento y acción” añadió Pilar Risco.
“Días de convivencia, de encuentros y reencuentros, de compartir vivencias, vida, tareas, anhelos, dificultades, proyectos, ilusiones, tareas, fe, esperanza, misión; días de disponibilidad, sencillez y servicio (de la organización, los voluntarios…), de intercambio, de comunión eclesial…, que nos han dejado el corazón lleno de alegría y gratitud, entusiasmado y las pilas cargadas. Ha sido un regalo de Dios, una gozada, una apuesta y un impulso fuertes para seguir haciendo realidad el sueño de Dios” dijo Pilar Risco.
Durante la velada del sábado se celebró el X Aniversario de esta nueva andadura de la ACG tras un proceso de reconfiguración, “sintiéndonos instrumento al servicio de las parroquias y las diócesis y siempre dispuestos a seguir en este camino a petición de nuestros obispos” concluyó Pilar Risco.
El cierre del encuentro se desarrolló en la Catedral de El Salvador (Ávila) en una Eucaristía presidida por D. José María Gil Tamayo y tras la que se realizó un acto de envío con la entrega de un pequeño ladrillo, símbolo de la misión que cada uno recibió “Haciendo realidad el sueño de Dios”.